Prepare previamente máscaras de papel o de un material flexible de color blanco (con hilo o caucho), que puedan ser usadas por ambas caras. Asegúrese de que las máscaras tengan expresiones neutras (no sonrisas, llanto ni enojo para que no induzcan la decoración que las mujeres elijan. Evite también que sean antifaces. Disponga también de diversos materiales para decorarlas, por ejemplo, crayones, lápices, marcadores, temperas, lana, pegante, etc.
Pida a cada mujer que tome una de las máscaras y elija uno de los lados, lo observe y comience a decorarla con los materiales que elijan, al tiempo que piensan en la siguiente frase: "Me muestro al mundo como una mujer..."
Cuando terminen de pintar el primer lado de un par de minutos para que las pinturas se sequen.
A continuación, pida que den vuelta a su máscara y comiencen a pintar el segundo lado mientras completan la siguiente frase: "En realidad me siento/ me veo como una mujer..." De el tiempo suficiente para que decoren esta cara
Mientras la pintura se seca o, los materiales terminan de pegarse, solicite a mujeres que observen los dos lados de sus máscaras, observen sus detalles y traten de identificar; ¿En que se parecen? ¿En qué se diferencian?
Ahora pídales que se pongan de pie y se pongan la primera máscara "como nos mostramos al mundo" y caminen por el espacio e identifiquen: ¿Cómo se sienten llevando esta máscara? Luego pida que observen las máscaras de sus compañeras. Si se dispone de tiempo, se pueden hacer dos o tres pausas escogiendo parejas para observarse mutuamente por unos minutos.
Pasados 5 minutos, pida que den vuelta a las máscaras y repitan el caminar por el espacio e identificar como se sienten mostrándose con esta segunda máscara. Nuevamente solicite que se observen mutuamente .
Solicite a las mujeres que se sienten en círculo y que piensen en la siguiente pregunta: ¿De qué se dieron cuenta? Pida a quienes deseen hacerlo, que compartan sus reflexiones, emociones o experiencias durante el ejercicio.
Para profundizar en la reflexión plantee otras preguntas como las sugeridas a continuación:
- Con respecto a la primera máscara: ¿Quién me dijo que debo mostrarme así? o, ¿Por qué elegí mostrarme así?
- Con respecto a la segunda máscara: ¿Qué tanto me permito ser la de adentro? ¿Cuándo? ¿Con quién? ¿Qué pasaría si sólo me muestro con este lado de la máscara? ¿Cómo reacciona el mundo o las personas que me rodean?
Las máscaras que usamos y que decoramos representan nuestro mundo exterior y nuestro mundo interior y la forma como están relacionados.
Con frecuencia el mundo interior es aquello que otros no ven o no saben de nosotras, a veces es lo que no queremos que vean o sepan.
Una parte importante de nuestra identidad se construye con base en lo que el mundo espera de nosotras por ser mujeres. Con frecuencia lo que se espera de nosotras, lo que el mundo nos demanda no coincide con nuestros deseos más legítimos y esta separación entre los que se nos pide que seamos y lo que queremos ser genera malestar. Cuando sentimos malestar o discordancia, ese malestar se expresa de muchas formas.
Para terminar la actividad o, al final del taller, invíteles a ponerse la máscara de su yo interno. "Sientan esa máscara" "Imagínense que habitan el mundo con esa máscaras que en realidad son ustedes mismas.